Martina Mendelevich comenzó estudiando la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la UBA con el objetivo  de “aprender de la naturaleza” mientras trabajaba dando clases particulares de apoyo  escolar y talleres de huerta en el Lengüitas, al tiempo que realizaba pasantías de  trabajo en Ecología. A mitad de la carrera, el estudio se tornó demasiado molecular  para lo que ella estaba buscando y cambió de rumbo: comenzó a estudiar “Guía de  montaña y recreación”. Así llegó a San Carlos de Bariloche donde decidió instalarse.  La vida la fue llevando por diversas experiencias hasta que comenzó a enseñar en  una escuela primaria. Y allí se reencontró con su otra pasión: enseñar a niñxs. Fue  entonces cuando ingresó al Profesorado de Primaria, mientras ya trabajaba como  docente de grado. 

 

El nacimiento de su hijo la trajo de nuevo para la ciudad de Bs. As. donde la  esperaban propuestas laborales interesantísimas. Formó parte por varios años del  Plan Nacional de Enseñanza de las Ciencias, realizando acompañamiento didáctico en  ciencias naturales a escuelas estatales de CABA, brindando capacitaciones a docentes  y directivos de diferentes distritos de la capital federal. A la vez que dictó cursos en  Escuela de Maestros ("Queremos hacer experimentos" y "Un viaje por el Universo")  destinados a docentes de primaria con el objetivo de contagiarles el amor por la  enseñanza de las ciencias. 

 

En el 2016 ingresó al Programa Actividades Científicas: Clubes de Ciencias donde  comenzó a dar Talleres de Ciencias para niñxs de la escuela pública. Hoy continúa siendo docente de dicho programa (en sede Lugano), a la vez que creó  su propio taller “El Átomo Inquieto” en Ingeniero Maschwitz donde ofrece Club de  Ciencias anuales (presenciales y/o virtuales) para niñxs de 5 a 12 años, animación  de cumpleaños científicos, capacitaciones docentes, asesoramientos a instituciones  educativas, talleres científicos itinerantes y venta de juegos de ciencia.  

 

Desde hace un tiempo, por la pandemia y la necesidad de llegar a más hogares de  manera virtual, “El Átomo inquieto empezó a crecer mucho”. Martina necesitó  convocar a nuevas docentes. Así, con la vocación puesta en la enseñanza de las ciencias desde hace muchos  años, se conformó un equipo de trabajo que, además, es un grupo de amigas con las  que trabajar y diseñar proyectos pedagógicos trae un resultado siempre creativo.  De esta forma se incorporaron Alicia, Patricia, Jimena, Eleana, Victoria y Julieta.